Durante todo este tiempo de pandemia dejé botado este blog (aun teniendo algunos viajes antiguos pendientes) pero decidí volver con este, mi primer viaje fuera de Chile desde la pandemia (junto a mi pololo), en esta oportunidad volamos a Colombia, para recorrer Bogotá, el eje cafetero (Armenia, Salento, Santa Rosa de Cabal) terminando en Medellín (e resume: oiga que parajes más preciosos)
En este post nos concentraremos solo en Bogotá, donde estuvimos 4 días conociendo esta ciudad que desconocía que tenía tantas subidas, en la que mi cuerpo además tendría que acostumbrarse de a poco a la altura (2.640 mts sobre nivel del mar). Turistear con mascarilla e esas circunstancias tampoco fue tan fácil.
Partimos en dirección al centro de la ciudad (nos quedamos en el sector La Candelaria a una distancia caminable del centro) con un día semisoleado y menos caluroso de lo que esperaba (el clima era parecido a Valparaíso). Parte del centro, cerca de los edificios gubernamentales tenían mucha vigilancia y militares frente a calle cerradas evitando el paso peatonal, eso fue un poco chocante para quien anda turisteando y quiere conocer (además que obligaba a uno a darse vueltas más largas). Seguimos conociendo hacia la Candelaria y sus fachadas hermosas y coloridas y terminamos el día en una pastelería francesa donde no alcancé a tomar fotos porque el cansancio me ganó y el silloncito donde me senté me consumió, pero el eclair de café que comí estaba delicioso, así que imagínenselo.
El segundo día partió con un desayuno contundente en un local llamado Hibiscus (yo no tomo mucho café, así que bienvenido el chocolate caliente con arepas). Fuimos al Museo del Oro (muy hermoso) y después fuimos al famoso teleferico de Monserrate, donde el día nublado no nos dejó ver la ciudad en su esplendor, pero se veía su belleza e inmensidad de todas formas. Volvimos a descansar al departamento y en la noche fuimos a cenar y conocer el sector de Chapineros, donde encontramos una cevichería con un propuesta bien interesante.
Creo que ya lo había escrito en el blog de Cartagena de Indias, pero Limonada de coco: TQM
El 3er día hicimos el tour hacia la Caterdral de sal, en la localidad de Zipaquirá. La Catedral esta hecha bajo una mina de sal que convirtieron en este gran atractivo turístico religioso (en Colombia son bastante más religiosos que en mi país y se ve sobretodo en el turismo). Fue extraño encontrarse con todo este centro túristico bajo tierra, con muchas tiendas, souvernirs y hasta una pequeña sala de cine. Un detalle importante de destacar es que muchos de los artistas que trabajaron en la construcción eran de la misma zona. Almorzamos en Zipaquirá y pedí el plato con más proteínas que voy a ver en mi vida, una Frijolada gigante (no me pude comer todo porque estaba un poco mareada de la mina y tampoco me gusta taaanto la carne y era demasiada comida).
Cuarto día y lo comenzamos en a otra pastelería francesa, La Tartería, que tenía un desayuno delicioso y variado a muy buen precio. Conocimos después el museo de Botero, el que me sorprendió con su enorme colección personal de arte de Vanguardias europeas incluyendo a Dali, Beckmann, Picasso, Bacon, Monet, Calder, etc. Más tarde fuimos al sector de Chicó, sector más pituco, donde hay más tiendas, parques, restaurantes y donde cumplí mi propósito de comprarme un pijama veraniego (fabricación 100% colombiana cabe destacar).
Nuestra despedida de Bogotá fue en un bar llamado El mono bandido, que tiene una dinámica de mandarse mensajitos entre mesas de soleros en servilletas que los meseros entregan al azar (creo). nosotros no íbamos en plan solteros, así que sólo veíamos como funcionaba. En todo caso la ambientación estaba muy buena y mi soda de fruta con piña y romero ahumado estaba deliciosa. Los taquitos de camarón que pedimos estaban increíbles 10/10, si pueden ir, por favor pídanlos.
Y así termina nuestro viaje en bogotá, nos movimos principalmente caminando y en uber, que era muy barato de usar allá (en Medellin era más caro por si acaso).
Gracias Bogotá! Fuiste más fría y montañosa de lo que esperaba, pero hermosa igual.