Hola, se acuerdan cuando uno podía salir al exterior?
Caminar por la calle, el parque, el bosque, estar con otras personas, etc?
Bueno, esto pasó antes de todo eso, una de mis últimas salidas del viajado verano (pronto subiré otro post de eso) por lo que decidí subir mi último viaje al exterior verde, un paseo familiar al sur, específicamente a la localidad de Hornopirén, región de Los Lagos, Chile.
Partimos desde Frutillar hacia Caleta Puelche (en la carretera Austral) para tomar el Ferry que atraviesa el estero de Reloncaví y seguir por esos montañosos paisajes llenos verde, mar, toninas y construcciones de barcos y botes.
Llegamos a Hornopirén y empezamos a buscar un camping donde pasar la noche, vimos un par y finalmente nos quedamos en Altos de Chaqueihua, un hermoso camping con un río color verde-agua, juegos, camas elásticas y tinajas calientes para meterse, una hermosura.
Ya con las carpas instaladas volvimos a Hornopirén para almorzar (pueden ver el delicioso sanguchito de salmón más abajo) y recorrer un poco. Después de eso fuimos en búsqueda de una de las muchas cascadas que hay por el sector, ya se me olvidó el nombre, pero pueden ver el video al final con la cascada y los hermosos paisajes camino a ella (incluyendo las gallinitas, ovejas y el chancho).
Volvimos al camping a tomar once, ordenar más cosas, sacar algunas fotos, abrigarnos, esperar que la tinaja estuviera caliente y tomar sopita de campamento. Una vez lista, fuimos a la tinaja (donde no lleve mi cámara porque agua+oscuridad=mala idea), la que ya estaba demasiado caliente lo que implicó graciosas discusiones que mataron todo el momento de relajo que podría significar. Hacía frío de noche, así que después corrimos a ponernos pijama y acostarnos en los sacos hasta mañana.
La mañana siguiente estaba gélida, GÉLIDA, fue un poco terrible tener que ir al baño temprano (lo primero que hago siempre), pero después de un tecito, un pancito con huevo y un poncho encima, pude moverme más y volver a la vida. Estábamos al lado de las montañas por lo que el sol aparecía después de las 10.00 de la mañana.
Ordenamos las cosas, guardamos todo (mis padres llevaron comida y cosas como para una semana) y partimos hacia Puelo, donde querían aprovechar de pescar un poco (no pescaron nada) y ver el paisaje y los transbordadores que salen en el lago Tagua tagua.
Almorzamos unos sandwiches ahí en la playa y partimos de vuelta hacia Fruti, terminando el viaje, no sin antes pasar a comprar kilos de miel por parte de mi madre (que me regaló para traerme, cabe mencionar).
Era lindo poder salir fuera del hogar y estar con otras personas, ojalá se vuelva a repetir antes que esta cybervida se vuelva la única posible.
Así que eso, aprovechen de cyberviajar, planeen para más adelante los viajes que nunca pudieron concretar porque la vida se les venía encima, quédense en esos casas lo más que puedan, ayuden a contener este Covid-19, no salgan por tonteras, gracias por leer y gracias sur por ser tan hermoso.