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Al 3er día fuimos a recorrer otro de los atractivos importantes, el castillo San Felipe. El sol estuvo implacable durante ese día, pero pudimos sobrevivir. Recorrimos esa gran y árida edificación con una gran vista a la ciudad y también vimos un video explicativo en una gélida sala donde mostraban la historia de construcción del fuerte. Nos fuimos luego caminando nuevamente a Getsemaní, ya que hay muchos murales y colores que no se ven durante la noche, además queríamos almorzar en otro recomendado, el Coroncoro, una picada con comida caribeña, muy típica, donde las mesas se comparten y te regalan un agua de tamarindo con los menús.
Seguimos nuestra caminata, esta vez a la zona más “Miami” de Cartagena llamada Boca Grande, un lugar lleno de edificios, centros comerciales y rodeado de mar. Caminamos, nos detuvimos por una copa de helado (el estado menstrual lo exigía), seguimos caminando, metimos las patas al agua y partimos de vuelta en taxi ya que nuestros pies no daban más. Cabe mencionar que Cartagena es una ciudad infestada de taxis, hay muchísimos, no entendí por qué tantos (en otros lugares turístico no he visto algo así). Ya en la hostal nos dimos un pequeño chapuzón y salimos a nuestra cita nocturna. Fuimos a una cevichería y terminamos en día en un bar muy ondero y nocturno (con DJ y barman especial invitado) llamado Alquimico.
Nuestro últimos día comenzó tomando desayuno fuera de la hostal, en un local llamado Se volvió Prisprí donde teníamos huevos con espinaca, salsas, pancakes y un pedazo de queso acompañado de la clásica agua de Panela. Luego pasamos a una galería con muestra de artesanía en oro y después al museo de la Inquisición. Dimos otras vueltas y llegamos al hermoso barrio San Diego, donde aprovechamos de caminar por sectores que aún no conocíamos. Después de eso fuimos a Pezetarian a almorzar, donde tienen fusión de comida asiática-tropical muy rica.
Ya en la tarde partimos a ver el famoso atardecer en la muralla, donde miles de turistas y un par de drones lo esperan (tomándose alguna cosita si están en los bares que hay). Caminando de vuelta al hostal nos encontramos con una presentación de danza en una de las plazas como despidiéndonos de nuestro último día (aunque después fuimos a un super a comprar cositas y regalos y ahí si que acabó nuestro día).
Fue un viaje muy hermoso (y caluroso también), Cartagena es increíble, feliz volvería de nuevo a comer y pasear por todos sus rincones.
Gracias Colombia!!
p.d.: Estas fotos fueron tomadas con mi Fujifilm X100T