Bonus Track: Así es, tuvimos una escala de 20 horas en Ciudad de Mexico antes de partir a Japón (viajamos por Aeroméxico, lo más barato), así que aprovechamos de conocer la ciudad lo más que se podía (Diego ya la conocía). Llegamos muy temprano (6 am) así que esperamos un poco y desayunamos en el aeropuerto antes de partir al centro de la ciudad.
Tomamos un bus que nos dejaba en el Palacio de Bellas Artes, recorrimos y caminamos (estaba casi todo cerrado a las 9 am) hacia el Zócalo, tenía la impresión de que era grande, pero en verdad es GIGANTE. Deambulamos un poco y empezamos a caminar por otras calles, hasta que nos dio hambre de nuevo y fuimos por nuestro segundo desayuno (mentira, fue nuestro tercero, el primero fue en el avión como a las 4 de la mañana) al famoso Café de Tacuba, un hermoso local con sus meseros vestidos de manera muy característica y con comida muy deliciosa, fuimos por un pastelito relleno de limón y unos huevos rancheros, una delitzia.
Ya más descansados partimos nuestra caminata hacia los bosques de Chapultepec, pasando antes por el famoso Angel de la Independencia donde varias familias, turistas (incluyéndonos) y quinceañeras con sus chambelanes estaban tomándose fotos.
Ya en los bosques vimos los cientos de carritos con dulces, máscaras, dorilocos (Doritos con una especie de salsa picante parece) y juguetes. Pasamos también por el castillo de Chapultepec con galerías, murales (de Rivera y Siqueiros) y una increíble vista a la ciudad.
Tomamos el metro para volver cerca de la zona de bellas artes (para tomar ahí mismo el bus al aeropuerto) y como era de esperar pasamos a comer tacos a un local, donde el taco al pastor se volvió en el mejor que he probado (lamentatablemente no nos atrevíamos a comer en la calle ya que teníamos un largo viaje en avión todavía como para arriesgarnos).
Habíamos terminado de comer y vemos que afuera empieza a llover torrencialmente, así que decidimos quedarnos un poco más, comer un postrecito, hasta que pasara la lluvia.
Ya terminada la lluvia salimos a caminar por las cercanías, donde había un pequeño barrio chino, y más tarde, con otro par de gotas cayendo, tomamos el bus de vuelta al aeropuerto.
Chao México, ya volveremos con más tiempo a conocerte.