No sé bien por dónde partir, pero si quiero contarles que este ha sido el viaje más alucinantes de mi vida.
Fuimos a Japón, sí, JAPÓN, a 17.332 kms de distancia, más de 22 horas volando y 20 horas de espera en escala.
Fue un viaje ansiado por años y planificado hace meses que nos regaló más de lo que esperábamos. Fuimos en época de Festivales de Verano, lo que hizo toda la experiencia aún más mágica (y calurosa, muy calurosa y húmeda).
Tengo miles de miles de fotos por lo que iré dividiendo los posts según las ciudades visitadas (si quieren más detalles o recomendaciones me pueden preguntar en los comentarios) así que trataré de hacer el mejor resumen visual que pueda (aunque es caótico y ya se me olvidó el orden de algunas cosas).
Nuestra primera ciudad fue Kioto, donde conocimos el bello barrio de las Geishas, un Ramen con unas Gyozas maravillosas, el hermoso Santuario Yasaka y también nuestra primera lluvia intensa con calor. El segundo día nos encontramos con el Gion Matsuri, el primer festival que presenciamos (aunque era más un procesión y fue el único que vimos de día), probamos los Soba (fideos fríos) y los mejores tempura que he probado y voy a probar en mi vida. En la tarde fuimos al famoso santuario de Fushimi-Inari, con los mil toriis (y varios mosquitos que se alimentaron de mi persona) en una gran y agotadora subida (tuve que editar mi cara de tomate). En la noche nos encontramos con otro Matsuri, aunque el agotamiento y el cambio de horario nos hizo ir a dormir temprano.
Nuestro último medio día en Kioto (uno de los días más emocionantes de mi vida) partió llendo al impresionante templo Ginkakuji. Poder recorrer esos conmovedores jardines me hizo llorar, sí, lloré. Evito llorar en público pero estar parada en medio de toda esa belleza natural cuidada hasta el más último detalle, hizo brotar mis lágrimas de emoción, de estar en un lugar dentro de un sueño.
Luego fuimos al Pabellón dorado (se puede ver claramente en las fotos), un atractivo mucho más turístico, pero increíble también.
Finalmente pasamos por debajo de la torre de Kioto, donde tomamos ese hermoso té helado con tapioca, que ya olvidé el nombre del sabor, y también al templo Higashi Hongan-ji, el primero que pudimos ver el interior (aunque no se permitían fotos).
Volvimos al Hotel a buscar las maletas, partimos a la estación, en el tren y partimos a nuestro segundo destino, Osaka.
Gracias por leer hasta acá!
Pronto subiré el próximo post :)
Sayonara
P.d.: todas las fotos fueron sacadas con mi leal Fujifilm X100T
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Well, I don’t know how to start, but I do wanna tell you that this was the most amazing trip of my life.
We went to Japan, yes, JAPAN, 17.332 kms away, more than 22 flying hours and a 20 hours scale.
I crave for this trip for years and we planned it for months, and it gave us more than we expected. We went during the summer Festivals season, which made this experience even more magical (and hot, very hot and humid).
I’ve got thousands of thousands of photos, therefor I’ll divide the post according the cities we visited (If you have questions or want recommendations just write down the comments), I’ll try to make the best visual recap that I can (even though I’m already starting to forget the order of some events).
Our first city was Kyoto, where we met the beautiful Geisha district, a Ramen with some wonderful gyozas, the beautiful Yasaka sanctuary and also, our first heavy rain with heat. The second day we found the Gion Matsuri, the first festival we saw (it was more a procession though and was the only one we saw during the day), we tried Soba (cold noodles) and the best tempura that I’ve tried and will ever try. In the evening we went to the famous Fushimi-Inari sanctuary, with the thousands Toriis (and a few mosquitos that fed themselves with my body) and a big and exhausting climb (had to edit my tomato face). At night we found another Matsuri, but the exhaustion and change of schedule made us go to bed early.
Our last half day in Kyoto (one of the most thrilling days of my life) started with a visit to the Ginkakuji temple. Being able to wander those moving gardens made me cry, yes, I cried. I avoid cry in public, but standing in the middle of all that natural beauty, that has been taking care until the last detail, made my tears appear out of emotion, out of being in a place inside a dream.
After that we went to the Golden Pavillion (you can see it clearly in the photos), it was a total different feeling, it was more touristic, but amazing too.
Finally we went down the Kyoto tower, where we try that beautiful Ice tea with tapioca, which I already forgot the name of the flavor, and also to the Higashi Hongan-ji temple, the first one we could see the interior (but photos were not allowed).
Back to the Hotel to pick up our luggage, we went to the station and took a train for our second destination: Osaka.
Thanks for reading until here!
Soon I’ll submit the next post :)
Sayonara!
P.d.: all the photos were taken with my loyal Fujifilm X100T